Como caracol
Los sucesos se repiten, por lo menos eso pensaba. Pero también la vida puede ser lineal o elíptica como caracol. Esa tarde el trabajo lo dejó exhausto, los huesos no resistían mucho, los músculos dolían permanentemente, no podía distinguir entre hueso y carne. Se dirigía al OXXO para comprar una sopa instantánea para la cena cuando el teléfono sonó. Era Dionisio, no podía tener mejor nombre ¿sus padres tenían algún tipo de cultura? Tal vez, o quizá escucharon el nombre en un bar, no suena descabellado... Unas copas durante la ley seca no le pareció mala idea, sobre todo si se las invitaban, los últimos $20 en su bolsillo no le permitían esos lujos. Eso de “torcer” las reglas era lo que los había unido durante 25 años. Regresó a su casa y encendió la destartalada camioneta. El sonido de las llaves que saldrían proyectadas hacia la hondonada unas horas después, acompasaba el ensamble de metales que le parecían música. Cada elemento suelto del vehículo tenía su propio sonido y tono. P