La exitosa Reforma Educativa
Cada quien habla de la
feria como le va en ella
Hace unos días me topé con una afirmación que llamó
poderosamente mi atención; en un noticiero televisivo del Financiero Bloomberg aseguraban
doctamente, con respecto a las campañas políticas, que una maniobra de Delfina
Gómez, la candidata de MORENA a la gubernatura del Estado de México, podría
resultar contraproducente: haberse aliado con los maestros de la entidad que le
habían ofrecido, vía Rafael Ochoa, el voto de más de 250,000 profesores y sus
familias así como que estos serían sus promotores del voto. La nota afirmaba
que una de los bastiones más poderosos del partido en el poder (el PRI) era la
supuesta Reforma Educativa, que contaba con la simpatía de millones de
mexicanos según lo que afirmaron, sin citar fuentes, en ese informativo. Desde donde
yo lo he visto todo el tiempo las “reformas” (como se les ha dado en llamar
como un todo, un paquete compacto) han sido absolutamente impopulares, mucho
más la educativa. Desde luego que yo estoy involucrada en el ámbito educativo y
como tal, mis referentes son educadores, expertos, investigadores y en este
ambiente la llamada Reforma Educativa ha recibido un rechazo unánime desde el
principio, incluso los más condescendientes ya tienen sus serias dudas acerca
de los beneficios de esta, aunque todavía se escuchan fuertes voces que se contradicen de acuerdo a como les convenga.
La mencionada afirmación me llevó a pensar ¿Realmente habrá
gente que perciba como positiva la Reforma Educativa? ¿Se habrán percatado verdaderamente
de sus implicaciones? Lo que es cierto, independientemente de que estemos a
favor o en contra de ella, es que ahora resulta ser la bandera más fuerte del
partido gobernante, el mismo que nos ha saqueado, el mismo que tiene unos 10
gobernadores imputados, algunos de ellos en la cárcel, otros detenidos, otros
más claramente culpables por saqueo, robo, desfalco y muchos delitos graves
contra la nación; que ha sido señalado como narco-gobierno, que cuenta con el
desprecio nacional e internacional ¿Sería posible que todavía hubiese quien
percibiera esta reforma como algo real, necesario y benéfico para nuestros
niños y jóvenes?
Tal vez muchos se han creído eso de “Nuevo Modelo Educativo”
y el eslogan de “ahora nuestros niños van a aprender a aprender” aun cuando el
susodicho “nuevo” modelo está sustentado en principios que llevan más de 20
años aplicándose; quizá la rabia contra los maestros ha sido más poderosa que
otras estrategias. El odio es una de las emociones que mueve más a la gente, es
una realidad, y ¿quién podría ser mejor blanco que los maestros que “gozan de
privilegios” que ningún otro trabajador puede tener? El discurso para imponer
la reforma fue muy sencillo: “Ellos tienen dos meses de vacaciones, trabajan la
mitad de la jornada que tú tienes que cumplir y además tienen prestaciones y
sueldos “exorbitantes” ¿Te parece justo?”. Y ese discurso aún se sostiene, a
pesar de la evaluación punitiva, a pesar de los claros ejemplos de que el
maestro es uno de los trabajadores más explotados y que ahora se encuentra en
un régimen de excepción en el que ni siquiera puede demandar si se le despide
¿Entonces? No encuentro la lógica, pero seguramente para millones de
conciudadanos de este país tan manipulado, chantajeado y saqueado tiene toda la
lógica del mundo: es más fácil sentirse bien con uno mismo cuando el vecino ha
sido “ajusticiado”, aunque en realidad no sea el responsable de mi desgracia.
La venganza es dulce, dicen… aunque no sea contra quien me provocó el daño,
sino contra quien sea más vulnerable.
Uno de los grandes temas que la “Reforma Educativa” no ha
tocado es el de que el sistema político, educativo y desde luego las
autoridades del ramo, ven a “los estudiantes” o peor aún a “los alumnos” como
un conjunto de objetos que deberán ser sometidos a una serie de
transformaciones porque, de principio, creemos que “están fallados”, algo les
falta, son como cosas incompletas que tenemos la obligación de completar. Sin embargo
nada más alejado de la realidad, nuestros niños y jóvenes son sujetos y como
tales merecen que se les preste atención, que se les escuche, se tome en cuenta
su punto de vista, desde luego en las famosas “consultas” que se hicieron a
nivel nacional (con invitados a modo) no hubo ni un solo estudiante. Los
estudiantes son dignos de ser escuchados, no sólo que se recurra a ellos como
bandera de campaña, como ese grupo considerado vulnerable, necesitado,
indefenso; tal vez a quienes debamos preguntar si la Reforma Educativa en
realidad ha sido “todo un éxito” sea a ellos ¿no creen?