Como caracol
Los
sucesos se repiten, por lo menos eso pensaba. Pero también la vida puede ser
lineal o elíptica como caracol. Esa tarde el trabajo lo dejó exhausto, los
huesos no resistían mucho, los músculos dolían permanentemente, no podía
distinguir entre hueso y carne. Se dirigía al OXXO para comprar una sopa
instantánea para la cena cuando el teléfono sonó. Era Dionisio, no podía tener
mejor nombre ¿sus padres tenían algún tipo de cultura? Tal vez, o quizá escucharon
el nombre en un bar, no suena descabellado...
Unas
copas durante la ley seca no le pareció mala idea, sobre todo si se las
invitaban, los últimos $20 en su bolsillo no le permitían esos lujos. Eso de
“torcer” las reglas era lo que los había unido durante 25 años. Regresó a su
casa y encendió la destartalada camioneta. El sonido de las llaves que saldrían
proyectadas hacia la hondonada unas horas después, acompasaba el ensamble de
metales que le parecían música. Cada elemento suelto del vehículo tenía su
propio sonido y tono. Pronto llegó a la casa del tipo que le doblaba la
estatura. “Dos, como la gente” le dijo y después de 6 cervezas se decidió a
abrir el ron reservado para ocasiones especiales. Una vuelta rápida al
clandestino más cercano los dotó de una segunda botella. “Ya son las 10, ya te
tienes que ir” le dijo el hombre de mirada ausente. Durante la cuarentena todo
había perdido formalidad, la ropa de calle y de casa eran la misma. “No
encuentro mi zapato” dijo mientras hurgaba debajo de sofá “Ya vámonos, te
llevo, estás muy borracho” dijo en un idioma sólo inteligible para ellos. Las
palabras y los sueños que no fueron se arrastraron por la vereda empedrada
hacia la calle. Un carro negro, como carroza, un presagio tal vez, “Lo bueno es
que es deportivo”, pensó… bueno, algo que definitivamente le hubiera gustado es
que lo llevaran en un auto de esos a su funeral en lugar de en una aburrida
carroza, qué pena que quedó destrozado después de las 5 vueltas en el aire y de
pasarle por encima, el traslado fue en una furgoneta, sin ninguna gracia, como
su vida.