Lo que duele en México





Muchas cosas pasan por mi cabeza y definitivamente todos los hechos recientes que se han suscitado en México son el detonante de una serie de reflexiones que intentaré organizar a través de estas palabras.

Durante mucho tiempo la violencia se ha apoderado de este país mágico, majestuoso, lleno de riquezas, pero también de contrastes y poco a poco esta violencia ha entrado como la humedad en cada rincón; ha permeado y ha socavado también muchos cimientos. No podemos ser ajenos a lo que acaba de suceder, el detonante de un sexto periodista muerto en lo que va del año debería horrorizarnos, sin embargo, parecería que sólo un cierto grupo de personas se siente conmovida por ello. A todos los demás se les hace normal que un comunicador pierda la vida, sobre todo uno que se dedicaba a exponer las entrañas del narco, con nombres, rostros y vidas de víctimas y de victimarios que termine acribillado a plena luz del día, en medio de la calle y saliendo de su trabajo “se lo estaba buscando”, “él sabía en lo que se metía” y un sinfín de frases por el estilo corren en redes, como si buscar la verdad, investigar y visibilizar la realidad fuera el delito, no el asesinato, no el narcotráfico, no la trata de personas, no la extorsión.

Si tenemos el país que tenemos es porque lo merecemos, dicen algunos, yo creo que, a pesar de que algunos si lo merecen, estoy convencida que somos más lo que no. Todos aquellos que siguen votando por los partidos que los han explotado, engañado, pervertido, esos, si se lo merecen, se lo han ganado a pulso, pero todos los que seguimos alzando la voz, protestando, siendo congruentes con lo que pensamos, nosotros no.

Sumado a ese crimen atroz me llama la atención lo que está pasando en diferentes estados donde el narcogobierno sigue extendiendo sus raíces, profundizándolas y corrompiendo todo a su paso: el trato que se le está dando a los maestros. En algunos estados como Veracruz (que cuenta con el mayor número de maestros en el país) y Yucatán, los maestros fueron objeto de maltratos, desaires e incluso agresiones. En el primer caso fueron recibidos en su festejo con café, agua y pan, muchos de ellos no alcanzaron a ingresar al recinto en que se llevó a cabo el desayuno y tuvieron que comer, después de viajar hasta 8 horas, en el suelo de un estacionamiento (http://netnoticias.mx/2017-05-15-512cfb92/abuchean-maestros-a-yunes-por-organizarles-pobre-festejo/). 

En el segundo caso fueron citados al centro de convenciones donde, los que pudieron entrar fueron “agasajos” con cervezas donadas por la planta recién abierta de la Cervecería Yucateca, misma que tiene un jugoso contrato y apoyos del gobierno del estado; además de las bebidas sólo les fueron compartidos unos pequeños platos con un poco de crema y galletas (tres o cuatro por mesa, no más); además habría que mencionar que hubo maestros que no pudieron ingresar al lugar porque fueron identificados como pertenecientes a la CNTE y por ello fueron expulsados con lujo de violencia, en redes se puede encontrar el video de una maestra desalojada con empujones y jaloneos; bajo el temor de que le pudiera arruinar el “numerito” al secretario de educación, uno de los más claros aspirantes a la candidatura gubernamental.


A muchos maestros este tipo de groserías les puede calar más hondo que la propia evaluación del desempeño, porque finalmente están acostumbrados a ser festejados a todo lujo en su día, se sienten, por lo menos por 24 horas, apreciados, reconocidos, premiados, entonces ¿Cómo podríamos explicar lo que está sucediendo? Estados que se encuentran, en el caso de Veracruz, en plena campaña electoral para alcaldes, y Yucatán que está preparando el caldo de cultivo para el lanzamiento de sus candidatos ¿Se pueden permitir el lujo de perder tan importante gremio? Si la actitud de los gobernantes sigue por esa ruta lo más probable es que terminen pagando el precio en las urnas, o por lo menos eso nos gustaría pensar a muchos.

Pero desde luego, como siempre, hay un componente que parece se encuentra fuera de la ecuación, que casi nadie ha percibido: la inminentesalida de prisión de la Maestra Elba Esther Gordillo, y yo me pregunto ¿qué sucedería con un gremio tan descontento con sus gobernantes en el momento en que la lideresa salga libre? Tal vez el desaire y las groserías puedan ser, para un personaje tan carismático, amado y odiado por un núcleo poblacional tan importante como el magisterio, el contexto ideal para resurgir y capitalizar sus efectos. ¿Y si el precio de su salida es hacer lo que mejor sabe? Tal vez no tardemos en ver cómo construye un partido o una “asociación” de candidatos “independientes” constituido por los cadáveres políticos de cientos de militantes de otros partidos, y con ello retornar al reino del que fue desterrada, dejémoslo al tiempo. Por lo pronto es nuestro deber darnos cuenta de lo que está sucediendo en nuestro país y tomar posiciones, porque el que se dice neutral lo más probable es que abone a quienes hoy detentan el poder y ya sabemos con qué fines.


Se queda de tarea.

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