Autonomía de gestión ¿Y la bolsa presupuestal?
Si observamos detenidamente, pensando en una
escuela pequeña, desde luego urbana, porque difícilmente estas 75,000 escuelas
serán seleccionadas en el ámbito rural como hemos visto que es la constante en
los programas implementados hasta ahora (podemos observar “Escuelas al CIEN”
que contempla incluso escuelas de educación superior, de formación para el
trabajo y muchos planteles de reciente creación que cuentan con todos los
servicios y cuyas instalaciones están en perfecto estado), pensaríamos en una
escuela de unos 100 estudiantes por lo menos; esto implica que deberían tener
un plantilla mínima de 6 docentes, un directivo, intendente, secretaria y unos
6 salones, desde luego su patio cívico y tal vez biblioteca y salón de medios.
Estaríamos contemplando unas 10 áreas que deben cuidarse y mantenerse, sin
contar los baños, las entradas y las áreas verdes. Hagamos cuentas alegres:
para mantener esta escuela pequeña medianamente limpia se requieren escobas,
trapeadores, trapos, fibras, recogedores, limpiadores químicos, detergente,
bolsas de basura, etc., eso sumaría unos $2,000. Un consumo promedio de energía
eléctrica para este tipo de edificios, dependiendo de la zona del país en la
que se encuentre es de $10,000 mensuales, desde luego si no se encuentra en
lugares con clima extremo pues en Yucatán se requieren unos $40,000 mensuales
para cubrir un consumo mínimo en aulas que cuenten con aire acondicionado; ya
en 2013, por ejemplo, se suscitó una crisis de 153 escuelas, solamente en el
municipio de Naucalpan, que adeudaban sumas millonarias a la Comisión Federal
de Electricidad.
Con estos números ya nos estaríamos saliendo
de presupuesto ($12,000 mínimo), así que de agua, teléfono e internet ni hablamos; pensar en que los materiales
didácticos requeridos, los libros de actualización magisterial, cursos y otros
insumos fueran cubiertos por esta bolsa sería pura utopía. Si bien es cierto
que en el papel esta autonomía se ve muy interesante, la realidad es que de los
207,682 planteles de educación básica que arrojara el censo realizado por el
INEGI en 2013 sólo el 36% podrá aspirar a formar parte de este selecto grupo de
instituciones que acceda a su bolsa presupuestal y dependerá, desde luego, de
las gestiones que lleve a cabo su director, su supervisor y de que el
secretario de educación estatal apruebe su postulación, después se verá cuáles
son los mecanismos que se exigirán para rendir cuentas y si, por decir, ahora
los directivos y docentes hacen malabares para convencer a los padres de
familia para que solventen los gastos y muchos gestionan donaciones a los
municipios y a particulares, comprando en los lugares más baratos sus insumos
(mercados, por ejemplo, donde no se expiden facturas) ya veremos cuando tengan
que comprobar los gastos ante las autoridades estatales eso, si les llega
completo el presupuesto y en una sola exhibición y si no tienen que hacer
largas antesalas para ver si “ya salió la firma” de algún funcionario que debió
haber realizado un trámite en la “cuenta concentradora”, o en la “cuenta puente”
para que “la federación deposite los recursos”.
Reconozco que mi visión puede estar minada
por una clara desconfianza, pero he visto miles de casos de docentes que
prefieren sacar de su bolsa antes que dejar la vida en una oficina haciendo
gestiones, ojalá que el nuevo Consejo Nacional Directivo del plan Escuela al
Centro con sus múltiples comisiones, tenga el criterio y la capacidad para
regular de manera adecuada y flexible esta tan cacareada autonomía
presupuestal.
Ya veremos dijo un ciego….