Las historias no contadas ¿Quién es en realidad Elba Esther Gordillo?



Ante la inminencia de la excarcelación de “La Maestra”, la odiada y amada en igual medida Elba Esther Gordillo, hay mucho que analizar y reflexionar. Para muchos es una lacra del sistema, una vividora con “pisos” en Madrid, Nueva York y París, que presumía ante sus agremiados sus diseños de Gucci y sus blusas que no dejaban nada a la imaginación; también aquella que por más cirugías que se realizó solamente logró recrear la versión femenina de un famoso muñeco diabólico. Para otros fue la mujer que les consiguió los más sustanciales aumentos al salario durante su estancia en la secretaría general del SNTE, la que negoció de tú a tú con el patrón SEP y consiguió empoderar al gremio magisterial, la que por defender a sus agremiados fue encarcelada sin mediar denuncia legal en su contra. La pregunta sigue circulando en redes, si el SNTE es un sindicato, finalmente una organización civil privada, cuyos únicos capaces de demandar a sus dirigentes son los propios miembros de esta organización ¿Por qué fue encarcelada sin que hubiera demanda formal al respecto? Incluso hay juristas que alegan que, a pesar de los claros indicios de malversación, el estado mexicano no tenía elementos para fincarle responsabilidades. En ese delito (malversación de fondos) tal vez no, pero lo cierto es que una de las amenazas más graves contra su persona era la evasión fiscal, misma que ya fue desestimada de manera definitiva. Así pues, regresamos al punto: ¿Qué sucederá ahora que sea liberada?

Llama la atención que su liberación tiene amplias probabilidades de que se realice durante el sexenio del mandatario que la encarceló, eso sería un claro indicativo que ha perdido el poco poder que le restaba, dicen por ahí que el último año ya ni quien haga caso a los presidentes y que se dedican únicamente a administrar el “Año de Hidalgo”, pero en un sexenio que ha sido de este prócer ¿qué podríamos esperar? Ya nos han quitado todo y al parecer el pueblo mexicano ya no tiene nada que perder, no tenemos petróleo, no tenemos energía, las concesiones a las telecomunicaciones han sido una verdadera rapiña, las mineras hacen su agosto y además se abrió la puerta a la desmedida ambición empresarial en el ámbito educativo. Los últimos actores que se erigen como bastiones en defensa de lo poco que se pueda rescatar son los maestros y los trabajadores petroleros que, disgregados y desprestigiados parecen haber tirado la toalla. Pero no nos confundamos, no hay persona más peligrosa que la que no tiene nada que perder.

Pensar que “La Maestra” en este contexto podría significar un golpe de timón al rumbo hasta ahora aparentemente insalvable de este país huérfano, no sería descabellado. Pero, aunque cada quien tiene su propio concepto de ella, me permitiré compartir con ustedes una anécdota que me hizo el favor de confiarme un amigo muy enterado en estas lides. Amigo también del líder de Nueva Alianza, lo conoció hace bastantes años; él era uno de los incondicionales a la sombra de Elba Esther, vivía prácticamente para servirle. Siempre interesado e involucrado en la educación se convirtió por un buen tiempo en su mano derecha, era su asistente personal, operador político y un sinfín de roles más, esto lo tenía en un constante estado de alerta, siempre requerido, a veces a deshoras y con la disposición de servir a la demandante lideresa. Un día, después de un arduo día de trabajo en el que llegó a su casa, fue, como siempre lo hacía, a la habitación de su hija, la observó dormir, le dio un beso en la frente y de pronto se hizo una pregunta “¿de qué color son sus ojos?” intentó recordarlo, pero todo el esfuerzo fue en vano, no podía traer a su memoria el color de los ojos de su hija. Eso fue un golpe directo al cerebro y una herida en el corazón. En ese momento se dio cuenta que llevaba meses sin ver a su hija despierta. Se estaba perdiendo los mejores años de su existencia y para ella él sólo sería una figura vana y desconocida que pronto no tendría mayor significado, no sería más que un nombre o una idea. En ese momento hizo un rápido balance de su vida, aquella noche no pudo dormir. Al día siguiente estaba decidido: presentaría su renuncia a “La Maestra”. Pero tenía mucho miedo, sabía que había vendido su alma y aquella mujer no lo dejaría ir tan fácilmente. Necesitaba un plan así que consiguió un pretexto que le parecía ideal: iría a realizar una maestría a España. A pesar de todo no pudo evitar la batalla, Elba Esther le dijo hasta de lo que se iba a morir, los insultos y las amenazas fueron multiplicándose en cuanto le transmitió su decisión. Después de varios años en España y una cerrazón de puertas que no se imaginaba gracias al gran poder de la lideresa, por fin la maestra se dio cuenta de cuánto lo necesitaba. A pesar de lo que se pudiera esperar, tras varios años de repudio, se comunicó con él y le pidió que regresara, le ofreció la dirigencia de Nueva Alianza y le prometió que recuperaría su vida.



De esta historia podemos extraer varios elementos y hacer nuestro propio juicio ¿quién es Ellba Esther en realidad? Más allá de filias y de fobias creo que deberíamos revalorar su papel en la historia del magisterio mexicano, no digo que sea el caso, pero recordemos que varios de los que hoy se consideran héroes nacionales fueron encarcelados, expatriados, repudiados y desprestigiados. Una vez que sea liberada ¿Vivirá tranquilamente retirada? ¿Mantendrá un bajo perfil? O ¿Regresará por sus fueros y retomará las riendas de un sindicato que se encuentra sin rumbo y desamparado? Las apuestas corren.

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