La verdadera historia de la carta de Mujica a Fidel
Estaba a punto de dormir cuando se me ocurrió revisar el
teléfono: la noticia corría como reguero de pólvora, Fidel había muerto,
nuestro Fidel, el odiado y el amado, el de Miami y el de La Habana, no lo podía
creer. Quedé en shock, no pude cerrar el ojo hasta las 3:30 de la madrugada del
26 de noviembre, después de tomar un té de tila, escuchar a Silvio a Carlos
Puebla, leer miles de reacciones y publicar un pequeño texto en Facebook acerca
de mis abuelos y Fidel.
A la mañana siguiente me desperté tarde, desayuné con mi
familia y, cansada como estaba, decidí tomar una pequeña siesta. Desde luego
que durante el desayuno el tema central fue la muerte de Fidel. Había en mi
cabeza una historia que rondaba persistente, no podía conciliar el sueño, así que
tomé mi computadora, fui a la sala y escribí un texto de corrido y casi sin
corregir. Es la carta imaginaria que hubiera escrito José Mujica a Fidel al
momento de saber la noticia; desde luego que es lo que me hubiera gustado leer
del antiguo guerrillero uruguayo, esa figura admirada, entrañable, querida, con
las palabras que imaginé que pudieran rondar su cabeza y que tal vez, por
diplomacia, por no dar material de escarnio a sus enemigos, nunca hubiera
escrito.
Así sin más, sin intenciones “maliciosas”, la publiqué en
mi muro bajo el título de “Carta imaginaria de Mujica a Fidel” el sábado 26 de
noviembre a las 12:48. Es un muro privado, como todos los de la red social, que
obviamente no tiene mucho de privado, no la compartí, no etiqueté, no difundí
de ninguna otra manera. Era algo que quería compartir con mis amigos, tratando
de esconderme un poco del desamparo en el que nos dejaba una gran figura. Mis amigos
comentaron y compartieron, sin mayor afán quiero suponer, que el de difundir
algunas ideas que pudieran ser comunes. Debo aclarar que la carta la firmé con
mis iniciales MC, como se puede consultar en mi muro.
El día de hoy, lunes 28 desperté con la sorpresa: la carta
había sido publicada por varios portales de noticias y a partir de ahí el
documento se volvió viral. Varios medios de comunicación lo replicaron, desde
luego que eliminaron mi firma y dieron por cierta la misiva, no podría asegurar
en qué punto sucedió esto ni quien es el responsable de ese acto; investigando
un poco más me di cuenta que la historia había llegado a tal proporción que
incluso la oficina de la Presidencia de Uruguay y la oficina del senador Mujica
habían desmentido la autoría del expresidente calificando la carta de “mailiciosa”,
incluso su partido se manifestó al respecto.
Me parece que la carta ha recibido, en general, comentarios
positivos, han alabado al político, lo han encumbrado más (si es que eso es
posible) y debo confesar que me sentí halagada de recibir comentarios
ensalzando el estilo y las ideas. Tengo claro que no me halagan a mí, autora de las palabras y de las ideas
plasmadas en ella, que si no hubieran dado por sentado que se trataba de una
carta escrita por José Mujica no se hubiera vuelto viral, que si mi firma y la
palabra “imaginaria” no hubieran sido eliminadas al compartirla en
multiplicidad de muros y de portales, tal vez no hubiera tenido la
trascendencia que ha tenido, pero este ejercicio involuntario también ha
servido a varios propósitos: 1) Compartir un escenario imaginario de lo que
pudo haber dicho una figura internacional ligada a movimientos sociales y que
ha sido bien recibida por amplios sectores que tienen acceso a las redes
sociales, reiterando la necesidad que tenemos de compartir la esperanza; 2)
Evidenciar que los medios de comunicación en internet aplican el “todo se vale”,
no confirman sus fuentes, por lo tanto
toda información que se encuentra disponible en la red debe ser corroborada
ampliamente antes de dar por cierto cualquier suceso; 3) Que un amplio sector
social no es capaz de reconocer el valor de las ideas de otro ser humano a
menos que sea “popular”, lo cual fortalece, paradójicamente, el sistema de
mercadotecnia consumista que este mismo sector critica; prueba de ello el hecho
de que la carta se compartió de mi muro unas 130 veces y recibió unos cuantos “likes”,
sin embargo cuando se compartió en otros muros y en portales sin la
identificación, recibió miles de “likes” y fue compartida por millones de
personas.
No quiero especular sobre los motivos de por qué se
etiquetó de “maliciosa” la carta desde la oficialidad, puedo suponer que es por
la mención a los líderes latinoamericanos ligados al discurso de izquierda de
los cuales hago mención y que, por
cuestiones diplomáticas o de popularidad, no son convenientes a la imagen de un expresidente, pero no quiero
que estas palabras sean tachadas igualmente de maliciosas, por lo que me limito
a compartir que las circunstancias en que fue escrito y publicado el mencionado
texto sirven para reiterar que no estaban, de ninguna forma, ligadas a ningún
tipo de descrédito de la figura. Admiro profundamente
a ambos personajes y me hubiera gustado conocer los pensamientos más profundos
que el uruguayo tenía, en ese momento, del recién fallecido líder
revolucionario y desde luego lo que hubiera querido decirle, no más.
Esto no obsta para que comparta que me he sentido
profundamente agradecida pues, como escritora, es la primera vez que me
traducen al portugués y que una figura como Silvio Rodríguez me publica en su
blog, me apena la confusión, pero agradezco me hayan leído en tantos lugares de
planeta y que comulguen con las ideas que ahí expreso y que son, desde luego,
totalmente mías y por tanto me hago responsable de ellas. No aspiro a que el
mismo número de personas y medios que compartieron la carta compartan este
documento aclaratorio, pero ojalá me ayuden a que se difundan, un “compartir”
es muy valioso en este momento, gracias y un mundo de abrazos.