Ya veremos dijo un ciego


El todavía nuevo pero rápidamente desgastado Secretario de Educación, Aurelio Nuño, pasó de protagonista de presentaciones efectistas en escuelas del centro del país, cada lunes (actividad que desde luego no ha abandonado), a columnista de un reconocido medio impreso y digital y el día de hoy, en el espacio que seguramente compró con recursos del erario público, dio a conocer 7 prioridades de la reforma educativa que se llevarán a cabo este 2016 que parece tener prisa por crear polémica y poner en acción… por lo menos las lenguas de los opinadores oficiales.

En este “decálogo” que apenas llega a “septálogo” hace énfasis en que la reforma educativa no es sólo la evaluación docente, sin embargo este énfasis se retoma en uno de los puntos en los que se compromete, durante la segunda quincena de febrero, a presentar los resultados de las pruebas que se aplicaron al dudoso 86% de los docentes convocados.
Me gustaría detenerme un poco en este segundo punto que ha anunciado con total certeza. La junta de gobierno del INEE ha dejado claro en un encuentro que tuvo con la cúpula del SNTE la semana pasada, que no tiene la certeza de que dar a conocer los resultados de esta evaluación sea lo más adecuado para lograr los objetivos que se plantearon desde un principio, pues, uno de los elementos a considerar, es la posible estigmatización que se pudiera hacer de los docentes al conocer los resultados. Se ha hablado de que lo más prudente sería dar datos y cifras pero no hacer pública la información individualizada.

¿En qué podría afectar que un padre de familia supiera que el docente que atiende a su hijo en la escuela resultó “no idóneo”? Es cierto que esto podría causar un gran conflicto, y, en el menor de los daños este padre de familia tal vez intente cambiar a su hijo de salón o bien de plantel escolar; también podría traer consecuencias fatales, ya hemos visto como, sin ningún reparo,  han llegado padres de familia y desde luego madres, a golpear impunemente a los maestros durante las horas de clase, también cómo algunos de estos profesionales han sufrido acoso sin mayor evidencia de su “incompetencia” que el dicho de los estudiantes o la falta de respuesta a demandas, muchas veces inverosímiles, de los tutores. Esto nos podría abrir un panorama más o menos claro de lo que podría llegar a suceder, pero también podría redundar en muchas otras situaciones desfavorables, estigmatización, discriminación, acoso institucional (que ese se viene sufriendo desde el 2012 de manera contundente en muchos lugares del país, pero podría incrementarse) pues ya se contaría con “evidencia fidedigna”, respaldado por un instituto supuestamente confiable al que sólo le falta pedir perdón por todos los errores cometidos durante el proceso de evaluación que nunca debió ser.

¿Para qué servirían entonces todos los millones invertidos en esta evaluación del desempeño si no se conocen los datos precisos? Desde luego que desde el primer momento el INEE afirmó, hasta el cansancio, que sería un proceso diagnóstico. Pero, hasta dónde sé, y así ha sido aceptado por todos los expertos internacionales, la evaluación diagnóstica no tiene consecuencias. Una evaluación diagnóstica (eso creo que ha quedado bastante claro entre todos los docentes que cada ciclo, al iniciar, realizan pruebas diagnósticas) no puede repercutir en la calificación del estudiante. Entonces aquí la pregunta es ¿Aceptarán que las evaluaciones se aplicaron sin la certeza de haber demostrado su confiabilidad a través de un pilotaje? ¿Reconocerán que, lejos de cumplir con el procedimiento establecido (supervisar rigurosamente la elaboración de los reactivos) dejaron a ciegas este proceso al CENEVAL? ¿Dictaminarán, como sería lo justo, que este proceso no cuenta con los requerimientos mínimos para que se pueda categorizar a los docentes que lo presentaron en “idóneos” o “no idóneos” y por tanto no pueden aplicarse las consecuencias que esta categorización tendría?

Desde luego que el INEE se podrá pronunciar en este sentido, y sería lo mínimo que podría hacer, sin embargo, hay que dejarlo claro, es a SEP a quien le corresponde determinar si se aplicará la ley como está planteada y si se darán a conocer los resultados pormenorizados, con sus respectivas consecuencias, cosa, que parece que el nuevo columnista Nuño Mayer está dispuesto a hacer, en una apuesta por su capital político y por el respaldo empresarial que parece ser, es lo único que estaría en juego en esta decisión. En un mes lo sabremos, por lo pronto, no podemos dejar pasar por alto que las voces comienzan a levantarse y los docentes no deberían quedarse callados, ya veremos dijo un ciego.

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